By endurance, we conquer

Ernest Shackleton fue un ilustre explorador polar británico. A pesar de haber perdido su particular carrera por la conquista del polo Sur con el noruego Roald Amundsen, su expedición a bordo del Endurance pasó a la historia tras quedar atrapados por el hielo por la capacidad que tuvo de gestionar con éxito una situación crítica al frente de un grupo de exploradores y marinos. 

Aún hoy, su gesta se estudia como caso de éxito y es referencia en la gestión de personas y liderazgo, entre otros contextos, también en el ámbito empresarial.

Anuncio que E. Shackleton publicó en un diario londinense para reclutar hombres para la expedición,
"Se buscan hombres para viaje arriesgado. Paga reducida, frí­o intenso, largos meses de completa oscuridad, peligro constante y dudoso regreso sanos y salvos. En caso de éxito, honor y reconocimiento."

Por la resistencia, venceremos

Había bautizado a su barco como "Resistencia" en alusión al lema de su familia. Toda una declaración de intenciones. Y vaya que si tuvieron resistencia... Para sobrevivir hubieron de soportar condiciones extremas tras ver su barco completamente aprisionado en el hielo primero y, después, tener que sobrevivir a la intemperie varios meses al ser este triturado por la fuerza de las plataformas heladas que chocaban entre sí.

Shackleton, anticipándose a este desenlace, como capitán del equipo hizo entrenar a sus hombres en el hielo de manera que cuando tuvieron que enfrentarse al momento de la verdad, pudieron hacerlo con alguna posibilidad de éxito. Todos los hombres consiguieron regresar a tierra firme sanos y salvos.


Deporte, escuela de valores

Si bien en los curriculums y perfiles profesionales cada vez se valoran más junto a la experiencia y conocimientos técnicos las "habilidades blandas", cabría poner más aún en primera línea los beneficios que en cualquier ámbito de la vida pero más concrétamente en el laboral, el deporte aporta. En particular, gracias al fomento de diversos valores que su práctica promueve.

El COI (Comité Olímpico Internacional), dentro de la filosofía de los Juegos Olímpicos, recoge estos tres valores fundamentales, de los que podemos relacionar diferentes conceptos clave en cualquier empresa u organización:

  1. Excelencia -> esfuerzo, mejora, aprendizaje, innovación...
  2. Amistad -> equipo, solidaridad, personas, propósito, cultura...
  3. Respeto -> empatía, diversidad, dignidad, impacto...
Citius, Altius, Fortius - "Más rápido, más alto, más fuerte (juntos)", lema de los JJOO

Todos ellos, han de ser procurados colectiva (juntos) e individualmente. Por tanto debe ser la organización la que impulse y promueva estos valores pero, también, cada persona dentro de la misma la que individualmente cuide responsablemente de hacer todo lo necesario para cultivarlos.


Trabajamos con la cabeza y con el cuerpo

Por ello, toman relevancia las múltiples exposiciones que relacionan los beneficios y correlaciones positivas entre la práctica del deporte y el trabajo en nuestro día a día, como “La actividad deportiva, además de destacar las ricas posibilidades físicas del hombre, también pone de relieve sus capacidades intelectuales y espirituales. No es mera potencia física y eficiencia muscular; también tiene un alma y debe mostrar su rostro integral” (S. Juan Pablo II).
Mens sana in corpore sano


El deporte desde sus múltiples valores, promueve una cultura (de fair play) y concreta también unas reglas para su práctica. No todo está permitido, ni cualquier manera de hacer las cosas vale. Por tanto, aquí emerge la creatividad como pieza clave para poder conseguir el mejor resultado de la mejor forma posible.

Cualquier deportista que haya competido -aunque sea contra sí mismo- sabe que sin esfuerzo es muy dificil, incluso teniendo un gran talento (aptitudes), conseguir el objetivo marcado. En este camino de crecimiento, la disciplina es fundamental; insistir, tolerar el fallo, entrenar sin ganas, empezar de cero cuando te lesionas... Es necesario el sacrificio. Este nos ayuda a desarrollar virtudes tales como la valentía, la humildad, la perseverancia y la fortaleza. Cualidades muy necesarias en el contexto empresarial actual...


Si juegas, ganas

Los beneficios de practicar deporte son siempre positivos. Es decir, hacer deporte suma. Practicar deporte nos pone contentos. La serotonina (hormona responsable de nuestro estado de ánimo y sensación de bienestar) segregada en nuestro cuerpo se incrementa al hacer deporte. 


Si reflexionamos acerca de qué supone sentirnos más animados y tranquilos al mismo tiempo ("alegría de la buena", no euforia) no es descabellado pensar que nos resultará más sencillo abordar determinados proyectos de forma armónica, con valentía en caso de ser necesario, con seguridad, desde el respeto y desde la solidaridad.

Además, en una época en ciertos aspectos "gris" como la que estamos viviendo donde el incremento de las enfermedades mentales derivadas del stress y la ansiedad están al alza (en buena medida impulsadas por el malestar laboral que muchas personas experimentan), el deporte se presenta como una herramienta que puede minorar parte del problema. 


Para terminar, lo primordial

El deporte en su práctica manifiesta nuestras fortalezas pero también nuestras debilidades. Un ámbito muy accesible que nos ayuda a las personas a vivir de forma auténtica las habilidades que atesoramos y cómo ponerlas en valor al mismo tiempo que afrontamos y aceptamos las limitaciones intrínsecas a nuestra condición humana.

Las montañas no son estadios donde satisfacer nuestra ambición deportiva, sino catedrales donde practicar nuestra religión.

Desde del ejercicio de la libertad y aplicación de nuestra creatividad mediante la práctica del deporte, encontramos otra vía de acceso a poder conocernos más a fondo y proyectar propuestas de mejora y crecimiento personal en un ámbito que aúna lo colectivo y lo individual.

A través del deporte, los seres humanos pueden experimentar la belleza. Como señaló acertadamente Hans Urs von Balthasar, la facultad estética del ser humano es también una característica decisiva que estimula la búsqueda del sentido último.


Referencias:

  • "La brújula de Shackleton" - Jesús Alcoba González
  • "De Beneficiis" - Lucio Anneo Séneca
  • "Nunca te pares" - Phil Night
  • "Dar lo mejor de uno mismo" - Dicastero per i Laici, la Famiglia e la Vita
  • "Guerreros de la Roca" - Arno Ilgner
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